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viernes, 13 de enero de 2012

Un estudio muestra que nuestra galaxia tiene al menos 100 mil millones de planetas

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene un mínimo de 100 mil millones de planetas, de acuerdo a un detallado estudio estadístico basado en la deteccióin de tres planetas ubicados fuera de nuestro Sistema Solar.

Arriba: Representación artística de sistemas solares en nuestra galaxia. Crédito: NASA/ESA/ESO.

El descubrimiento, que apareció en la edición del 12 de enero de Nature, fue realizado por un equipo internacional de astrónomos, incluyendo el coautor Stephen Kane del Instituto de Científico de Exoplanetas en el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena, California.

Los resultados del análisis muestran que nuestra galaxia contiene, en promedio, un mínimo de un planeta por estrella. Esto significa que es probable que haya un mínimo de 1.500 planetas dentro de una distancia de 50 años luz de la Tierra.

El estudio está basado en las observaciones realizadas durante seis años por la colaboración PLANET (del inglés, Red de Sondeo de Anomalías de Lentes), usando una técnica llamada microlentes para buscar planetas en la galaxia. En esta técnica, una estrella actúa como un lente de aumento para incrementar la luz de una estrella de fondo. Si los planetas orbitan la estrella delante, la luz de la estrella de fondo brillará más, relevando la presencia de un planeta que de otra manera sería muy ténue para poder ser visto.

El estudio también concluye que hay más planetas del tamaño de la Tierra que del tamaño de Júpiter. Una estimación aproximada de este estudio señalaría la existencia de más de 10 mil millones de planetas terrestres en nuestra galaxia.

"Los resultados de las tres principales técnicas de detección de planetas, incluyendo microlentes, están convergiendo rápidamente a un resultado en común: No sólo los planetas son comunes en la galaxia, pero hay más planetas pequeños que grandes," dijo Stephen Kane. "Esta es una noticia que anima a las investigaciones de planetas habitables."

Más información:
Artículo en el sitio de la NASA

Fuente: NASA.

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miércoles, 10 de noviembre de 2010

El Telescopio Fermi de la NASA encuentra una estructura gigantesca en la Vía Láctea

El Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi de la NASA ha descubierto una estructura nunca antes vista en el centro de nuestra galaxía la Vía Láctea. La estructura se extiende a 50.000 años luz y puede ser el remanente de una erupción de un agujero negro de enorme tamaño en el centro de nuestra galaxia.

Arriba: Los rayos gamma (en magenta) que fueron mapeados por Fermi se extienden mucho más allá del plano galáctico. Crédito: Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

"Lo que vemos son dos burbujas emitiendo rayos gamma que se extienden por 25.000 años luz al norte y sur del centro galáctico," dijo Dough Finkbeiner, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica en Cambridge, Massachusetts, quien fue el primero en reconocer la estructura. "No comprendemos totalmente su naturaleza u origen."

La estructura abarca más de la mitad del cielo visible, desde la constelación de Virgo hasta la constelación de la Grulla, y puede que tenga millones de años de edad. Un estudio sobre los hallazgos fue aceptado para la publicación en The Astrophysical Journal.

Finkbeiner y su equipo descubrieron las burbujas al procesar datos públicamente disponibles del Telescopio de Gran Área (LAT) de Fermi. El LAT es el detector más sensible y de mayor resolución de rayos gamma jamás lanzado. Los rayos gamma son la forma de luz de mayor energía.

Otros astrónomos estudiando los rayos gamma no habían detectado las burbujas en parte debido a la niebla de rayos gama que parece existir en todo el cielo. Esta niebla tiene lugar cuando las partículas que se mueven a velocidades próximas a la de la luz interactúan con la luz y el gas interestelar en la Vía Láctea. El equipo de LAT constantemente refina los modelos para descubrir nuevas fuentes de rayos gamma oscurecidos por esta emisión difusa. Al usar varios cálculos de la niebla, Finkbeiner y sus colegas fueron capaces de aislarla de los datos de LAT y revelar las gigantescas burbujas.

Los científicos ahora están realizando más análsis para comprender mejor cómo se formó esta estructura. Las emisiones de las burbujas son mucho más energéticas que la proveniente de la niebla de rayos gamma en cualquier parte de la Vía Láctea. Las burbujas también parecen tener bordes bien definidos. La forma de la estructura y las emisiones sugieren que fue formada como resultado de una gran y relativamente rápida emisión de energía -cuya fuente aún es desconocida.

Una posibilidad incluye un chorro de partículas del agujero negro supermasivo en el centro galáctico. En muchas otras galaxias, los astrónomos ven chorros rápidos de partículas impulsados por materia que cae hacia un agujero negro central. Mientras tanto no existe evidencia hoy en día de que el agujero negro de la Vía Láctea posea un chorro así. Las burbujas también pudieron haber sido formadas como resultado de flujos de gas de una exposión de formación estelar, tal vez una que produjo varios cúmulos estelares en el centro de la Vía Láctea hace varios millones de años.

Crédito: Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA.

"En otras galaxias, vemos que las explosiones de estrellas pueden derivar en enromes flujos de gas," dijo David Spergel, científico de la Universidad de Princeton en New Jersey. "Cualquiera sea la fuente de energía detrás de estas enormes burbujas, está conectada a muchas preguntas profundas de la astrofísica."

Indicios de las burbujas aparecen en datos anteriores de naves espaciales. Las observaciones de rayos X realizadas por el Satélite Alemán Röntgen sugirió la evidencia sutil de bordes de las burbujas cerca de centro galáctico, o en la misma orientación de la Vía Láctea. La Sonda de Anisotropía de Microondas Wilkinson de la NASA detectó un exceso de señales de radio en la posición de las burbujas de rayos gamma.

El equipo de LAT Fermi también reveló el martes la mejor fotografía del instrumento sobre el cielo de rayos gamma, el resultado de dos años de recolección de datos.

"Fermi escanea el cielo entero cada tres horas, y a medida que la misión continúa y nuestra exposición se profundiza, vemos el Universo extremo en detalle progresivamente mayor," dijo Julie McEnery, científica del proyecto Fermi en el Centro de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.

Más información:
Artículo en el sitio de la NASA

Fuente: NASA.

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viernes, 23 de abril de 2010

El halo de M81 arroja evidencia sobre la formación de galaxias

M81 es una de las galaxias más grandes del Grupo M81, formado por 34 galaxias ubicadas hacia la constelación de la Osa Mayor. A 11,7 millones de años luz de la Tierra, es uno de los grupos más cercanos al Grupo Local, el grupo de galaxias que incluye a la Vía Láctea.

Izquierda: Galaxia M81. Crédito: Giovanni Benintende.

Gracias a su proximidad y similitud a la Vía Láctea, M81 provee un excelente laboratorio para probar modelos de formación galáctica.

El modelo más prominente de estos modelos predice que las galaxias son formadas de la fusión y acreción de muchas galaxias más pequeñas que orbitan dentro de su esfera de influencia gravitacional. Este crecimiento caótico de base deja detrás un halo de estrellas alrededor de espirales masivas como la Vía Láctea. La pregunta reside en si la estructura extendida de M81, posiblemente su halo, apoya esta visión.

El Telescopio Subaru ha provisto de los datos para abordar esta cuestión. El enorme poder de recolección de luz del espejo primario de 8,2 metros de diámetro y el amplio campo de visión de su cámara permitió que el telescopio proveyera evidencia de un componente débil y estructuralmente extendido más allá del disco óptico brillante de M81.

El telescopio investigó en una zona de más de cien veces más oscura que el cielo nocturno e imperceptible a simple vista. El telescopio detectó estrellas individuales y recogió lo suficiente de ellas para identificar el componente extendido de M81 y analizar sus propiedades físicas.

Los resultados desafían la clasifición exacta de la estrucutura extendida como un halo. Aunque la distribución espacial de sus estrellas se asemeja al halo de la Vía Láctea el halo de M81 difiere del de nuestra galaxia en otros aspectos.

Las mediciones de la luz total de todas sus estrellas y el análisis de sus colores señalan a estimaciones de que la estructura extendida de M81 podría ser varias veces más brillante y contener más materiales procesados, cerca del doble de la masa en forma de metales (elementos más pesados que el helio), que en el halo de la Vía Láctea.

Estas diferencias arrojan algunas preguntas fascinantes. ¿Se debe expandir la definición de un halo? ¿Esta estructura tiene una historia de formación muy diferente a la del halo de la Vía Láctea? ¿Surgieron estas diferencias porque M81 devoró más o diferentes tipos de pequeñas galaxias en el pasado que nuestra Vía Láctea?

Más allá de las respuestas a estas preguntas, los resultados de esta investigación contribuyen a la creciente evidencia de que las estructuras externas de galaxias aparentemente similares son mucho más importantes y complejas de lo que creían los astrónomos.

Más información:
Artículo en el Observatorio Nacional Astronómico de Japón (Telescopio Subaru)

Fuente: Observatorio Nacional Astronómico de Japón.

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viernes, 19 de marzo de 2010

Nuevas imágenes de Planck revelan las estructuras a gran escala en la Vía Láctea

Nuevas imágenes de la misión Planck de la ESA revelan detalles de la estructura de las regiones más frías en nuestra Galaxia. Predominan las nubes filamentarias, conectando las de mayor a menor tamaño en la Vía Láctea. Estas imágenes son un subproducto científico de una misión que proveerá finalmente la imagen más exacta jamás obtenida del Universo temprano.

Arriba: Las estructuras filamentarias a gran escala (imagen de Planck) y a pequeña escala (de Herschel, imagen de la izquierda). Crédito: ESA y Consorcio HFI. Credito para imagen insertada: ESA y los consorcios SPIRE y PACS, P. Andre (CEA Saclay) para el Consorcio del Programa Clave Cinturón de Gould.

El Observatorio de Microondas Planck -la primer misión europea diseñada para estudiar el Fondo Cósmico de Microondas (CMB)- ha comenzado el segundo de cuatro inspecciones del cielo, las cuales proveerán la información más detallada sobre el tamaño, masa, edad, geometría, composición y destino del Universo.

Aunque la meta principal de Planck es mapear el CMB, al inspeccionar todo el cielo con una combinación sin precedentes de cobertura de frecuencia, resolución angular y sensibilidad, Planck también proveerá datos importantes para una amplia gama de estudios en astrofísica.

Esto fue demostrado al inicio por las nuevas imágenes de Planck, que rastrean el polvo frío en nuestra Galaxia y revelan la estructura a gran escala del medio interestelar que compone la Vía Láctea.

Las imágenes son un subproducto de los análisis de datos que están actualmente siendo realizados, lo que se enfoca en producir la sensibilidad más elevada (algunas partes por millón) de los mapas de resolución angular más altos de CMB (5 minutos de arco).

Parte del proceso de análisis incluye descartar la emisión que surge de un número de contaminantes -como el dipolo cósmico (una señal debida a nuestro movimiento relativo al fondo de microondas), y la radiación del gas y polvo en la Vía Láctea y en las galaxias distantes- para revelar el mapa subyacente de CMB. En el proceso, se obtiene una serie de mapas científicamente valiosos de esta emisión constante. Los mapas serán construídos a partir de imágenes como estas primeras tomas de Planck.

Marcar la ubicación de formación estelar
Una de las características claves de Planck es su capacidad de medir la temperatura de las partículas de polvo más frías. La temperatura es un indicador físico importante ya que refleja el balance de energías en el medio interestelar, y cambia significativamente de lugar en lugar, marcando la evolución del proceso de formación estelar.

Entre las investigaciones relacionadas a astrofísica para ser llevadas a cabo por Planck hay un programa que se centra en la localización de las acumulaciones de polvo más frías en nuestra Galaxia, áreas donde la formación estelar está por suceder. Esta imagen demuestra cómo Planck rastrea este polvo frío: los tonos rojizos corresponden a temperaturas del orden de 12 grados arriba del cero absoluto, y los tonos blanquecinos corresponden a regiones mucho más cálidas (de algunas decenas de grados) en regiones donde las estrellas masivas se están formando actualmente.

Plack sobresale en la detección de estas acumulaciones de polvo en todo el cielo y contribuye con información crucial necesaria para medir con exactitud la temperatura del polvo a estas grandes escalas. Al combinar datos de Planck con datos de otros satélites, como Herschel o el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA (que en ambos casos sondean las escalas diminutas donde ocurre la formación de estrellas), e IRAS (que ha mapeado todo el cielo a longitudes de onda cortas), los astrónomos serán capaces de estudiar la formación de estrellas en toda la Vía Láctea.

Las estructuras filamentarias abundan en el cosmos
El espacio entre las estrellas no está vacío, sino que está lleno con nubes de polvo y gas bien mezclados conocidos como el medio interestelar.

Las grandes nubes, que cubren una región de 55 grados de ancho, muestran la estructura filamentaria del medio interestelar en el vecindario solar (dentro de 150 pc, o 500 años luz del Sol). Los filamentos locales están conectados a la Vía Láctea, la figura horizontal en la parte inferior de la imagen, donde la emisión viene de distancias mayores a lo ancho del disco de nuestra Galaxia.

La imagen de la izquierda muestra una típica enfermería estelar (de cerca de 3 grados de ancho) en la constelación del Águila, como fuera visto anteriormente por el Observatorio Espacial Herschel. Las estructuras filamentarias vistas a las escalas más pequeñas son extraordinariamente similares en apariencia a aquellas vistas en gran escala por Planck.

La riqueza de la estructura que es observada, y la forma en la que pequeñas y grandes escalas están interconectadas proveen importantes indicios sobre los mecanismos físicos detrás de la formación de estrellas y galaxias. Este ejemplo ilustra la sinergía entre Herschel y Planck; juntas, estas misiones están obteniendo imágenes de la estructura a gran y pequeña escala de nuestra Galaxia.

Arriba: Video sobre la Misión Planck de la ESA. Crédito: ESA.

Más información:
Artículo en la página de Planck (ESA)
Sitio de la misión Herschel

Fuente: ESA.

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domingo, 28 de febrero de 2010

Un estudio revela que muchos cúmulos estelares en la Vía Láctea provienen de otras galaxias

Cerca de un cuarto de los cúmulos estelares en nuestra galaxia, la Vía Láctea -mucho más de lo que se creía- son migrantes de otras galaxias, de acuerdo a un nuevo estudio. El trabajo también sugiere que pueden haber hasta seis galaxias enanas aún por ser descubiertas dentro de la Vía Láctea, además de las dos que ya fueron confirmadas.

Izquierda: Representación artística de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Crédito: NASA/JPL-Caltech.

"Algunas de las estrellas y cúmulos estelares que ves cuando miras al espacio durante la noche son extraterrestres provenientes de otra galaxia, pero no del tipo de hombrecillos verdes de una película de Hollywood. Estos cúmulos estelares 'extraterrestres' han realizado su viaje a nuestra galaxia por los últimos miles de millones de años," dijo Terry Bridges, un astrónomo de la Universidad de Queens, en Kingston, Canadá.

El estudio (con el coautor Duncan Forbes de la Universidad Swinburne de Tecnología en Australia) ha sido aceptado para ser publicado en las Monthtly Notices de la Sociedad Real Astronómica.

Previamente, los astrónomos habían sospechado que algunos cúmulos estelares, que contienen de 100.000 a un millón de estrellas cada uno, no pertenecían a nuestra galaxia, pero era difícil identificar cuáles.

Al usar principalmente los datos del Telescopio Espacial Hubble, Bridges y Forbes examinaron antiguos cúmulos estelares dentro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. De la investigación que realizaron, compilaron la mayor base de datos de alta calidad para registrar la edad y propiedades químicas de cada uno de esos cúmulos.

"Miramos a todos los datos que pudimos hallar. Los mejores datos provienen del Telescopio Hubble porque ofrece la mejor imagen," dijo Bridges. "Miramos a las edades y las cantidades de elementos pesados en esos cúmulos, los cuales pueden ser medidos desde sus estrellas."

El trabajo de los investigadores también sugiere que la Vía Láctea puede haberse tragado más galaxias enanas de lo que se creía. Se encontró que muchos de los cúmulos extraterrestres originalmente existían dentro de galaxias enanas -mini galaxias de hasta 100 millones de estrellas que fueron absorbidas por nuestra galaxia. El estudio sugiere que hay más de este tipo de galaxias enanas en nuestra Vía Láctea de lo que se pensaba.

Más información:
Artículo de la Universidad de Queens
Accreted versus In Situ Milky Way Globular Clusters, trabajo de Duncan A. Forbes y Terry Bridges (PDF)

Fuente: Universidad de Queens, Canadá.

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