Imagen: Parte central de Centauro A. Se aprecia la forma de paralelogramo dejada por los restos de una galaxia en espiral deborada hace unos 200 a 700 millones de años. Crédito: ESO/Y. Beletsky.
Centauro A (NGC 5128) es la galaxia elíptica gigante más cercana a nosotros, a una distancia de 11 millones de años luz. En 1847, el aspecto distintivo de esta galaxia llamó la atención del astrónomo inglés John Hershel. Tiempo más tarde fue incluida dentro del Catálogo de Galaxias Peculiares (publicado en 1966 por el Instituto de Tecnología de California).
El aspecto extraño de esta galaxia se debe a la fusión de dos pequeñas galaxias en el centro, donde brillan estrellas rojas más antiguas, mientras que el anillo de polvo que rodea el centro es un área de formación de estrellas. De hecho, se han identificado unas cien regiones de formación estelar.
Se cree que la absorción de una pequeña galaxia en espiral, rica en gas, comenzó desde hace unos 200 a 700 millones de años.
Observaciones con el Observatorio Infarrojo Espacial de la ESA relevó una estructura de 16.500 años luz de ancho, muy similar a la de una galaxia barrada. Recientemente, el Telescopio Espacial Spitzer identifico la estructura con forma de paralelogramo, que puede ser explicado como el resto de una galaxia rica en gas cayendo en una galaxia elíptica, sindo retorcida y estirada en el proceso. La fusión galáctica es el proceso más simple para explicar este fenónemo.
Las nuevas imágenes obtenidas con el NTT en el Observatorio de La Silla, en Chile, permite adentrarse a las estructuras libres del polvo oscurecedor. Las imágenes originales fueron obtenidas en el próximo infrarrojo a través de filtros diferentes (J, H, K) donde se usó una nueva técnica que remueve los efectos oscurecedores y de bloqueo del polvo.
Imagen: Comparación de Centauro A en el visible e infrarrojo. Crédito: ESO/Y. Beletsky.
"Hay un claro anillo de estellas y cúmulos escondidos detrás de las capas de polvo, y nuestras imágenes proveen una vista detallada sin precedentes," dijo Jouni Kainulainen, autor principal del trabajo informando sobre estos resultados. "Un mayor análisis de esta estructura proveerá pistas sobre cómo ocurrió el proceso de fusión y cuál ha sido el papel de la formación de estrellas durante el mismo."
"Estos son los primeros pasos en el desarrollo de una nueva técnica que tiene el potencial para rastrear gigantes nubes de gas en otras galaxias con una alta resolución y en una forma efectiva de costos," explicó el coautor João Alves. "Saber cómo se forman estas nubes gigantes es comprender cómo se forman las estrellas en las galaxias."
"Esta técnica es muy complementaria a los datos de radio que el Gran Dispositivo Milimétrico de Atacama (ALMA) recogerá en las galaxias cercanas, y al mismo tiempo posee interesantes caminos de investigación de poblaciones estelares extragalácticas con el futuro Telescopio Europeo Extremadamente Grande y el Telescopio Espacial James Webb, ya que el polvo está omnipresente en las galaxias," dijo el coautor Yuri Beletsky.
Observaciones previas hechas con el Espectrómetro de Infrarrojo y el Dispositivo de Cámara (ISAAC) en el VLT (ESO) relevaron la existencia de un agujero negro supermasivo dentro de Centauro A. Tiene una masa de unos 200 millones de veces la masa de nuestro Sol, o 50 veces más masivo que el agujero negro que se encuentra en el centro de nuestra galaxia.
El agujero negro supermasivo de Centauro A es alimentado continuamente por el material que cae hacia su centro, lo cual hace que esta galaxia sea muy activa. De hecho, Centauro A es una de las fuentes de radio más brillantes en el cielo (por eso su nombre lleva la letra A). También se observan chrorros de partículas de alta energía en imágenes de radio y rayos X.
Más información:
Sitio oficial de ESO
Atlas de Galaxias Pecularies
Fuente: ESO
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