Se trata de Franklin Chang-Díaz, un ex astronauta y físico del Instituo Tecnológico de Massachusetts (MIT). Chang-Díaz afirma que se podría llegar a Marte en un tiempo mucho menor usando su cohete de alta tecnología, VASIMIR, que pronto estará listo para su despegue después de décadas de desarrollo.
Izquierda: Franklin Chang-Díaz, ex atronauta de la NASA y actualmente físico. Crédito: NASA.
El Cohete Variable de Impulso Específico de Magnetoplasma (VASIMIR, por sus siglas en inglés), está en vías de convertirse en la pieza central de la estrategia futura de la NASA y actualmente esperan atraer a firmas privadas para poder contribuir con los elevados costos de la exploración espacial.
La NASA, después la de decisión política de cancelar el Programa Constelación, que habría regresado al hombre a la Luna hacia finales de la década, ha solicitado la participación de empresas para proveer nueva tecnología para futuros rovers y misiones tripuladas.
Una de las empresas es la de Chang-Díaz, Ad Astra Rocket Company.
"En los primeros días, el apoyo de la NASA para el proyecto era más bien mínimo porque la agencia no enfatizó las tecnologías de avanzada tanto como lo hace ahora," afirmó Chang-Díaz a AFP.
"Estaban cautivados por los días de Apolo, vivieron en la era de Apolo por 40 años, y simplemente se olvidaron de desarrollar algo nuevo," aseguró.
El cohete de Chang-Díaz usaría electricidad para transformar un combustible -probablemente hidrógeno, helio o deuterio- en gas plasma que es calentado a 11 millones de grados celsius). El gas plasma es canalizado entonces en tubos posteriores usando campos magnéticos para propulsar la nave.
Ese sistema enviaría a un transbordador hacia la Luna o Marte en una velocidad ascendente de 55 kilómetros por segundo hasta que los motores son revertidos.
Chang-Díaz, un veterano de siete misiones espaciales, dijo que esta rápida aceleración podría permitir viajes de tan sólo 39 días a Marte, que de otra manera durarían tres años, incluyendo una estadía forzada de 18 meses sobre el planeta, mientras los astronautas esperan la posibilidad de regresar a la Tierra.
La distancia entre la Tierra y Marte varía entre 55 y 400 millones de kilómetros, dependiendo de sus posiciones en las órbitas.
El uso de combustible ionizado podría tener el beneficio extra de ayudar a crear un campo magnético alrededor de la nave que sirva de protección contra la radiación.
Ya se han construído modelos a escala de la nave VASIMIR y han sido testeados en una cámara al vacío, en un acuerdo con la NASA. Ahora, el próximo paso importante, de acuerdo a Chang-Díaz, será el vuelo orbital hacia finales de 2013 en una nave usando un prototipo de 200 kilovatios del motor VASIMIR, el VX-200. Actualmente se está negociando con las empresas SpaceX y Orbital Science Corp para que este proyecto sea una realidad.
Más información:
Artículo en SkyNews.com.au
Sitio de Franklin Chang-Díaz
Fuente: SkyNews.com.au
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