Las observaciones revelan que el color más rojizo de la Gran Mancha Roja en Júpiter corresponde a un núcleo cálido dentro de lo que sería un sistema de tormenta frío, y las imágenes muestran plumas oscuras en el borde de la tormenta donde los gases están descendiendo en regiones más profundas del planeta.
Estos tipos de datos, detallados en un estudio que aparece en la revista Icarus, ofrece información a los científicos sobre los patrones de circulación dentro del sistema de tormenta más conocido del Sistema Solar.
Arriba: Imagen termal obtenida por potentes telescopios ubicados en la Tierra e imagen en el visible. Crédito: NASA/JPL/ESO y NASA/ESA/GSFC.
"Este es nuestro primer vistazo dentro de la tormenta más grande del Sistema Solar," dijo Glenn Orton, investigador senior en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, quien fue uno de los autores del estudio. "Solíamos pensar que la Gran Mancha Roja era un óvalo chato sin mucha estructura pero estos nuevos resultados muestran que es, de hecho, extremadamente complicado."
Los observadores del cielo han estado siguiendo a la Gran Mancha Roja de una u otra forma por cientos de años, con observaciones continuas de su forma actual que data del siglo XIX. La mancha, la cual es una región con un promedio de 110 Kelvin (163,1ºC bajo cero) es tan ancha que cerca de tres Tierras podrían encajar dentro de sus límites.
Las imágenes térmicas obtenidas por los telescopios gigantes de 8 metros de diámetro usados para este estudio -el Telescopio Muy Grande del Observatorio Sur Europeo en Chile, el telecopio del Observatorio Géminis también en Chile y el Observatorio Astronómico Nacional del telescopio Subaru de Japón en Hawai- han provisto un nivel de resolución sin precedentes y extendieron la cobertura provista por la nave Galileo de la NASA hacia finales de la década de 1990.
Junto con observaciones de la estructura de nubes profundas por el Establecimiento del Telescopio Infrarrojo de la NASA (3 metros de diámetro) en Hawai, el nivel de detalle térmico observado desde estos observatorios gigantes es comparable a las primeras imágenes en luz visible del Telescopio Espacial Hubble de la NASA.
Uno de los hallazgos más intrigantes muestran que la parte central de color naranja y rojizo más intenso está de 3 a 4 Kelvin más caliente que el medio ambiente cercano, dijo Leigh Fletcher, el principal autor del estudio, quien completó la mayor parte de la investigación como un colega postdoctoral en JPL y actualmente es miembro de la Universidad de Oxford en Inglaterra.
Esta diferenciación de temperatura podría no significar mucho, pero es suficiente para permitir que la circulación de tormenta, usualmente en sentido contrario a las agujas del reloj, cambie a una débil circulación en sentido horario en el mismo centro de la tormenta. No sólo eso, sino que en otras partes de Júpiter, el cambio de temperatura es lo suficiente como para alterar las velocidades del viento y afectar los patrones de nubes en las zonas de los cinturones.
Arriba: Animación de la imágenes de la Gran Mancha Roja. Crédito: NASA.
"Esta es la primera vez que podemos decir que hay una relación estrecha entre las condiciones medioambientales -temperatura, vientos, presión y composición- y el color actual de la Gran Mancha Roja," dijo Fletcher.
"Aunque podemos especular, aún no sabemos con certeza qué materiales o procesos están causando el color rojo intenso, pero sí sabemos que está relacionado a cambios en las condiciones medioambientales justo en el corazon de la tormenta."
Descifrar los secretos de los sistemas de tormentas gigantes en Júpiter será uno de los objetivos para las observaciones en infrarrojo realizadas por futuras misiones de la NASA, incluyendo a la misión Juno.
Más información:
Artículo en el sitio de JPL
Sitio de la Misión Juno
Fuente: NASA/JPL.
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Estos tipos de datos, detallados en un estudio que aparece en la revista Icarus, ofrece información a los científicos sobre los patrones de circulación dentro del sistema de tormenta más conocido del Sistema Solar.
Arriba: Imagen termal obtenida por potentes telescopios ubicados en la Tierra e imagen en el visible. Crédito: NASA/JPL/ESO y NASA/ESA/GSFC.
"Este es nuestro primer vistazo dentro de la tormenta más grande del Sistema Solar," dijo Glenn Orton, investigador senior en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, quien fue uno de los autores del estudio. "Solíamos pensar que la Gran Mancha Roja era un óvalo chato sin mucha estructura pero estos nuevos resultados muestran que es, de hecho, extremadamente complicado."
Los observadores del cielo han estado siguiendo a la Gran Mancha Roja de una u otra forma por cientos de años, con observaciones continuas de su forma actual que data del siglo XIX. La mancha, la cual es una región con un promedio de 110 Kelvin (163,1ºC bajo cero) es tan ancha que cerca de tres Tierras podrían encajar dentro de sus límites.
Las imágenes térmicas obtenidas por los telescopios gigantes de 8 metros de diámetro usados para este estudio -el Telescopio Muy Grande del Observatorio Sur Europeo en Chile, el telecopio del Observatorio Géminis también en Chile y el Observatorio Astronómico Nacional del telescopio Subaru de Japón en Hawai- han provisto un nivel de resolución sin precedentes y extendieron la cobertura provista por la nave Galileo de la NASA hacia finales de la década de 1990.
Junto con observaciones de la estructura de nubes profundas por el Establecimiento del Telescopio Infrarrojo de la NASA (3 metros de diámetro) en Hawai, el nivel de detalle térmico observado desde estos observatorios gigantes es comparable a las primeras imágenes en luz visible del Telescopio Espacial Hubble de la NASA.
Uno de los hallazgos más intrigantes muestran que la parte central de color naranja y rojizo más intenso está de 3 a 4 Kelvin más caliente que el medio ambiente cercano, dijo Leigh Fletcher, el principal autor del estudio, quien completó la mayor parte de la investigación como un colega postdoctoral en JPL y actualmente es miembro de la Universidad de Oxford en Inglaterra.
Esta diferenciación de temperatura podría no significar mucho, pero es suficiente para permitir que la circulación de tormenta, usualmente en sentido contrario a las agujas del reloj, cambie a una débil circulación en sentido horario en el mismo centro de la tormenta. No sólo eso, sino que en otras partes de Júpiter, el cambio de temperatura es lo suficiente como para alterar las velocidades del viento y afectar los patrones de nubes en las zonas de los cinturones.
"Esta es la primera vez que podemos decir que hay una relación estrecha entre las condiciones medioambientales -temperatura, vientos, presión y composición- y el color actual de la Gran Mancha Roja," dijo Fletcher.
"Aunque podemos especular, aún no sabemos con certeza qué materiales o procesos están causando el color rojo intenso, pero sí sabemos que está relacionado a cambios en las condiciones medioambientales justo en el corazon de la tormenta."
Descifrar los secretos de los sistemas de tormentas gigantes en Júpiter será uno de los objetivos para las observaciones en infrarrojo realizadas por futuras misiones de la NASA, incluyendo a la misión Juno.
Más información:
Artículo en el sitio de JPL
Sitio de la Misión Juno
Fuente: NASA/JPL.