Günter Wendt, el ingeniero de origen alemán y radicado en Estados Unidos famoso por su trabajo en la NASA falleció hoy, 3 de mayo de 2010 a los 85 años en su hogar de Merritt Island, Florida.
Izquierda: Günter Wendt (con gorro rojo) asistiendo a los astronautas del Apolo 16, John Young (parcialmente visible a la izquierda) y Charles Duke (al fondo) que se preparan para ingresar a la nave Saturno V desde la Sala Blanca en la cima del Complejo de Lanzamiento 39A en el Centro Espacial Kennedy. Thomas K. Mattingly II está esperando que sus compañeros terminen el ingreso. Crédito: NASA.
Nacido en Berlín, el 28 de agosto de 1924, sirvió como ingeniero de vuelo a bordo de aviones de la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana) durante la Segunda Guerra Mundial. Allí aprendió mucho sobre la construcción de aviones, pero después de la guerra, las oportunidades de trabajo como ingeniero eran escasas, por lo que terminó emigrando hacia los Estados Unidos, donde comenzó su trabajo como empleado de McDonnell Aircraft y más tarde para North American Aviation. Estaba a acargo del acompañamiento de las triupaciones a las plataformas de lanzamiento durante los programas Mercury y Gemini (1961-1966), y la fase tripulada del Programa Apolo (1968-1975) en el Centro Espacial Kennedy. Su título oficial era Líder de Plataforma.
Wendt era muy reconocido dentro de la NASA y un miembro del personal favorito de muchos astronautas. En su trabajo era reconocido por su determinación y sentido del humor.
Después de retirado, trabajó como consultor de programas de televisión y cine que trataban sobre temas relacionados al espacio.
Astrónomos del Apache Point Observatory Lunar Laser-ranging Operation (APOLLO) lograron encontrar la ubicación del rover Lunokhod 1 con el uso de un rayo láser enviado a la Luna.
Izquierda: Láser disparado hacia la Luna desde el Apache Point Observatory Lunar Laser-ranging Operation (APOLLO). Imagen de 2006. Crédito: UCSD.
APOLLO es uno de los diferentes proyectos de rayo láser usados para medir con gran precisión la distancia y movimientos de la Luna al impactar retroreflectores dejados sobre la superficie de nuestro satélite por las misiones Apolo XI, XIV y XV. Cuando el rayo láser regresa a la Tierra se puede estimar la distancia de la Luna al medir con exactitud el tiempo transcurrido. APOLLO puede medir con una precisión de un milímetro.
Hacen falta un mínimo de tres retroreflectores en tres ubicaciones diferentes para determinar la orientación de la Luna en el espacio, pero a pesar de que la Luna parece no sufrir modificaciones, más retroreflectores permiten determinar los cambios en la forma de la Luna debido a distorsiones de marea.
Arriba: Uno de los retroreflectores dejados por los astronautas en la Luna, en este caso del Apolo XI. Crédito: NASA.
El programa Apolo dejó tres retroreflectores, cuyas ubicaciones son conocidas. Sin embargo, la ubicación del retroreflector del Lunokhod 2 también es conocida, pero está en una orientación no óptica por lo que es difícil obtener un reflejo del mismo. Por otra parte, el retroreflector Lunokod 1 nunca había sido encontrado antes con un rayo láser.
Tom Murphy, investigador principal de APOLLO, dice en una publicación de hoy que su proyecto había estado buscando a Lunokhod 1 por dos años. "Resultó ser que estábamos buscando alrededor de una posición a kilómetros del rover," dijo Murphy. "Sólo podíamos investigar una región del tamaño de una cancha de fútbol a la vez. Las recientes imágenes de LRO [Cámara del Orbitador de Reconocimiento Lunar], junto con la altimetría láser de la superficie, proveyó coordenadas dentro de los 100 metros, entonces estábamos en camino y sólo tuvimos que esperar por un tiempo en el telescopio por buenas condiciones de observación."
El equipo exitosamente ubicó el Lunokhod 1 el 22 de abril, determinando su ubicación precisa a menos de 10 metros; el trabajo futuro refinará esta ubicación a una precisión superior a un centímetro.
Gracias a la ubicación de este retroreflector, se podrá determinar con exactitud la deformación de la Luna durante su órbita mensual y a su vez esto permitirá estudiar el interior de la Luna y ubicar el centro de la misma con mayor precisión.
La Unión Soviética usó imágenes de la Luna tomadas por Estados Unidos y fueron obtenidas por el servicio secreto para planear la misión lunar soviética, afirmó un científico espacial ruso a la agencia de noticias RIA Novosti, el pasado lunes.
Izquierda: Buzz Aldrin sobre la Luna, imagen tomada por Neil Armstrong. Apollo 11 significó la victoria de Estados Unidos sobre la Unión Soviética. Crédito: NASA.
La carrera entre las dos superpotencias para llegar primero a la Luna estaba en su máxima intensidad cuando Alexander Bazilevsky comenzó a trabajar en el departamento de geología lunar del Instituto Soviético de Estudios Espaciales en Moscú.
"Teníamos que estudiar fotos de la superficie de la Luna en detalle... para definir y seleccionar puntos para el aterrizaje de una expedición soviética tripulada," dijo Bazilevsky.
Sin embargo, las imágenes soviéticas disponibles no eran de suficiente calidad y los directores del departamento pidieron a los servicios de inteligencia que proveyeran fotografías lunares de alta resolución tomadas por los Estados Unidos.
"No nos dijeron si las fotos habían sido compradas u obtenidas de otra manera. Pero eso no nos preocupaba -lo que importaba era que teníamos algo con lo que trabajar," dijo Bazilevsky.
Pasaron más de 40 años desde que el hombre llegó a la Luna y Estados Unidos lograba superar a los soviéticos en la Carrera Espacial.
La hazaña, la más grande del siglo XX, quedaría registrada en la memoria de todos a través de fotografías, videos y los nombres de los astronautas más reconocidos: Neil Armstrong, Edwin "Buzz" Aldrin y Michael Collins.
Pero el Programa Apolo, el más ambicioso e impactante llevado a cabo por Estados Unidos, fue el resultado del denodado esfuerzo de cerca de 400.000 empleados trabajando para diferentes contratistas a lo largo y ancho de todo el territorio estadounidense.
El papel de la NASA durante el Programa Apolo consistía en el planeamiento de la misión y entrenamiento de astronautas. Pero la mayor parte del trabajo era encargado a contratistas, los cuales debían asegurarse que todo fuera perfecto, realizando experimentos, pruebas sobre modelos a escala y desarrollando el cohete tripulado más grande de la historia, el majestuoso Saturno V, con una altura de 110,6 metros por 10 metros de diámetro, mientras que su peso era de 2,9 millones de kilogramos.
Sin embargo, se ha dado poco reconocimiento al trabajo de los contratistas y el esfuerzo de sus empleados para alcanzar la meta de conquistar la Luna.
Por este motivo entrevisté a Sara Howard, una ingeniera aeroespacial que trabajó en la Instalación de Ensamblaje Michoud perteneciente a Boeing en Nueva Orleans. Allí se realizaba la construcción y ensamblaje del segmento S-IC del Saturno V que serviría para llevar al hombre a la Luna.
***
En primer lugar ¿cómo comenzó a sentirse interesada en las ciencias espaciales? ¿Podría mencionar su interés en la astronomía y qué tipo de educación recibió?
-Tuve mi primer telescopio en 1958 y me enamoré de la astronomía. Soy la fundadora y primera presidente de la Sociedad Astronómica de Shreveport, Louisiana, la cual aún está activa.
Me gradué con honores en matemáticas con astronomía como asignatura secundaria en la Universidad del Estado de Louisiana en Baton Rouge. En la universidad estudié varias ciencias.
¿Cuál fue el punto bisagra en su vida que la hizo elegir ingeniería aeroespacial como forma de vida?
-No había ingeniería aeroespacial en los 60s. No elegí aeroespacio. Me enamoré de Apolo.
Actualmente las mujeres participan activamente en las ciencias, pero usualmente uno piensa que por aquellos tiempos todo lo que estaba relacionado a las ciencias del espacio pertenecía al reino de los hombres. ¿Fue difícil ganar una posición dentro de su campo de trabajo?
-No, en absoluto. Boeing estaba buscando activamente mujeres, especialmente con grados en matemática. He trabajado por más de 25 años, fundamentalmente con hombres. Mis empleadores estaban buscando mujeres técnicas. Fui tratada con cortesía y respeto por todos los hombres con los cuales trabajé.
¿Sabe cuántas mujeres estaban trabajando en la misma posición o posición similar para el Programa Apolo?
-Sólo había otra mujer trabajando en la misma posición que yo. Había cerca de doscientas mujeres trabajando en laboratorios de investigación. Ninguna de ellas trabajó en el Saturno V.
¿Cómo terminó trabajando para Boeing? ¿Ya estaban trabajando para el Programa Apolo?
-Boeing era el principal contratista de Apolo. Entonces llegó North American Aviation, McDonnel Douglas e IBM. Boeing fue seleccionado como el mayor contratista cuando comenzó Apolo.
¿Sabías que Boeing es el mayor contratista del Transbordador Espacial y la Estación Espacial Internacional?
El segmento S-IC contenía los cinco motores F-1 para impulsar al vehículo durante el despegue. El Saturno V era una máquina muy compleja. ¿Podría proveer a los lectores con alguna información relevante sobre Saturno V y particularmente el segmento S-IC?
-El Saturno V era un cohete de tres segmentos con tres módulos. Así tenía que ser para llegar a la Luna. Saturno V es el cohete más grande y más poderoso jamás construído en la historia de la humanidad. Aún lo es. Es dos veces más alto que la Estatua de la Libertad. Se lo conoce como "levantador pesado."
El segmento S-IC es la clave de todo el Saturno V. Sin este segmento nunca habríamos llegado a la Luna. Es el segmento más grande y poderoso jamás construido. Y aún lo es.
Esta segmento generó 3,4 millones de kilogramos de empuje. Llevó a Saturno V hasta 61 kilómetros en dos minutos y medio a 9.650 kilómetros por hora. Nada puede igualar esto.
¿Qué trabajo específico se hacía en Michoud? En Michoud se ensamblaban el primer y segundo segmentos del Saturno V. Eran los segmentos S-IC y S-II.
¿Qué tipo de problemas tenía que enfrentar como ingeniera aeroespacial trabajando en el segmento S-IC?
-Cómo ganarle a los hombres. Es una broma.
Izquierda: Ensamblaje de los segmentos del Saturno V. En la imagen se ven los segmentos S-1C-10, S-1C-11 y S-1C-9 en posición horizontal para el ensamblaje de los motores en Michoud. Crédito: NASA.
El Programa Apolo involucró a unos 400.000 trabajadores a través de diferentes contratistas llamados por la NASA. ¿Cómo era la relación con la agencia espacial?
-No tengo la menor idea. Nadie que yo sepa vio a ninguna persona de la NASA. Creo que Boeing contrató a los subcontratistas. En los 1960s la NASA era una pequeña organización con sede en Huntsville, Alabama.
El Programa Apolo fue el esfuerzo más grande de los Estados Unidos para vencer a los soviéticos durante la carrera espacial. ¿Podría decirnos cómo era el ambiente laboral en ese momento, en medio de la Guerra Fría?
-No había preocupaciones sobre la Guerra Fría. Eso era para nuestro gobierno. Nosotros estábamos muy ocupados construyendo los segmentos del cohete y divirtiéndonos mucho haciendo ese trabajo.
¿Podría compartir con los lectores algunos recuerdos del trabajo en Boeing para el Programa Apolo?
-Mi libro, Something Funny Happened to the Way to the Moon, estará disponible en un par de meses y allí están mis recuerdos sobre Apolo.
¿Cuándo terminó de trabajar para Boeing y por qué? Además ¿qué otros trabajos realizó después de Boeing?
-Dejé en 1967 porque habíamos construído la mayor parte de los primeros segmentos. La gente de Seattle comenzó a regresar a casa.
Trabajé por 25 años más en varios trabajos. Soy flexible y fui contratada por casi todos los trabajos a los que me presenté. Trabajé además para un contratista desde 1974-1979 en el Submarino Nuclear Trident.
Izquierda: Elevación del segmento S-IC del Saturno V correspondiente a la misión Apolo 10, dentro del Edificio de Ensamblaje de Vehículo (VAB). Crédito: NASA.
¿Aún sigue en contacto con la gente con la que trabajó?
-Desafortunadamente no. Han pasado unos 40 años y no hay manera de encontrarnos.
Dado que el Programa Apolo fue concebido, como dije antes, para vencer a los soviéticos durante la carrera espacial, mucha gente considera que la exploración lunar estaba destinada a ser cancelada y dejada de lado una vez que la gran meta fuera alcanzada. ¿Qué piensa al respecto?
-Una vez que alcanzamos nuestra meta de aterrizar sobre la Luna, ¿por qué seguir con el programa? Creo que estuvimos en lo correcto en ir a Marte, construir telescopios espaciales, explorar nuestro Sistema Solar y crear nuevos proyectos. Incluso Stephen Hawking sijo que el hombre debería encontrar otro planeta similar a la Tierra. Amo nuestra exploración espacial y las nuevas ideas.
En los últimos años ha habido un aumento en el porcentaje de gente que cree en teorías de conspiración alrededor de Apolo. ¿Por qué cree que esto sucede después de más de 40 años de los primeros pasos de Neil Armstrong sobre la Luna?
-No tengo idea, salvo que también hay teorías de conspiración sobre los atentados del 11 de septiembre.
¿Qué tipo de tecnología se encontraba disponible al momento del Saturno V? ¿Cuáles eran las limitaciones?
-Muy poca. No había computadoras personales. Usábamos reglas de cálculo. No había electrónica. Los transistores no habían sido inventados. La televisión era primitiva. El radar muy pobre. Mira a tu alrededor. Lo que tienes ahora en su mayor parte no existía.
Arriba: Prueba estática del segmento S-1C del Saturno V en diferentes planos y reproducido en velocidad normal y cámara lenta. Crédito: NASA.
Después de la propuesta presupuestaria de Obama y la cancelación del Programa Constellation, algunos defensores del programa espacial han apoyado el presupuesto propuesto para 2011 e incluso aseguraron que el próximo paso es Marte, no la Luna. ¿Qué opina al respecto?
-Creo que ir de vuelta a la Luna no es práctico. Por una razón, la superficie ha sido bombardeada por rayos cósmicos, todo tipo de radiación, incluso de nuestro Sol por miles de millones de años. La superficie está radiactiva. Vayamos a Marte. Creo que la Luna ahora no tiene sentido.
¿Pero no considera que al tener a la Luna como el próximo objetivo para el asentamiento humano los científicos podrían desarrollar los métodos y tecnologías necesarios para un futuro viaje tripulado a Marte?
-Aún no, porque ahora tenemos la tecnología para ir a Marte. El problema es tener suficientes recursos -agua, aire, alimento, combustible, energía, provisiones de emergencia, etc. Sería lo mismo que desde la Luna. Probablemente se necesitaría menos combustible.
¿Cuál es su punto de vista respecto al actual programa espacial de los Estados Unidos?
-Necesitamos salir de la órbita baja de la Tierra. Muchos, pero muchos científicos e ingenieros están de acuerdo con ello.
El programa espacial actual de EE.UU. está en un punto decisivo. ¿A dónde iremos? ¿Qué haremos? Voy a esperar y veré.
***
Sara Howard también es autora. Publicó The Biggest Explosions in the Universe, un libro de divulgación científica con imágenes del Telescopio Espacial Hubble y próximamente editará Something Funny Happened to the Way to the Moon donde relata su experiencia laboral en Michoud.