Izquierda: Neil Armstrong durante su presentacion ante el senado. Crédito: NASA TV.
Apareciendo ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado, Armstrong dijo que el plan de Obama para terminar con el programa Constellation y recortar otros esfuerzos espaciales parecieran haber sido realizados sin colaboración de la NASA o el consejero científico del presidente.
"Aún tengo que encontrar una persona en la NASA, el Departamento de Defensa, la Fuerza Aérea, las Academas Nacionales, la industria o academias que tuvieron cualquier conocimiento del plan antes de su anuncio," dijo Neil Arsmtrong a los legisladores.
"Un plan que fue invisible para tantos probablemente fue creado por un grupo muy pequeño en secreto que persuadieron al presidente que esta era una oportunidad única para poner su sello en un programa nuevo e innovativo."
Armstrong dijo además que los Estados Unidos "han invertido sustancialmente por más de medio siglo para adquirir una posición de liderazgo en el espacio" pero que "para mantener una posición de liderazgo se requiere de una determinación firme y una continua inversión en el futuro."
Agregó que "si se permite que el liderazgo que hemos obtenido a través de nuestra inversión se esfume, otras naciones seguramente tomarán el lugar donde hemos fallado. No creo que esto esté en nuestros mejores intereses."
Hace un mes atrás, Armstrong había firmado una carta abierta criticando los recortes de Obama al programa espacial.
Armstrong y los compañeros comandantes del programa Apolo, James Lovell y Eugene Cernan dijeron en la carta que el plan "destina a nuestra nación a convertirse en una de segunda o tercera en importancia."
En abril, Obama anunció planes de enviar astronautas en órbita alrededor de Marte dentro de las próximas tres décadas, dejando detrás el programa Constellation.
Opinión personal:
Buzz Aldrin, compañero de Armstrong en Apolo XI, enfatiza la necesidad de alejar el enfoque de la Luna y directamente centrarnos en Marte. El argumento de Obama en su discurso, como así también por parte de Aldrin y miembros de la Sociedad de Marte, es que "ya estuvimos en la Luna", "no hay nada allí", etc.
Dejar la Luna de lado y aventurarnos hacia otro planeta es un esfuerzo desmesuradamente caro y requerirá de experiencia de trabajo espacial que únicamente se puede obtener fuera de la órbita baja de la Tierra.
La Luna es importante por muchas razones: se podrían instalar radiotelescopios en el lado opuesto a la Tierra para realizar detallados estudios sin contaminación electromagnética artificial, se podrían además instalar telescopios ópticos enormes en interferometría.
Por otra parte, se podría dar uso de los recursos de agua recientemente hallados en el polo sur lunar, autoabastecerse de combustible, oxígeno y realizar experimentos sobre materiales aislantes y módulos diseñados especialmente para proteger a los astronautas de la radiación solar.
Esas investigaciones llevadas a cabo en la Luna producirían un incremento importantísimo del conocimiento y desarrollo de nuevas tecnologías. La Luna serviría además como una plataforma de reabastecimiento y lanzamiento para misiones más largas. De esa manera se podrán realizar viajes a Marte y más allá de forma acertada.
Más allá de la actual crisis económica de Estados Unidos, lo peor de su política espacial es la inconsistencia en apoyar programas a largo plazo. Cada administración tiene nuevos planes y detiene los proyectos anteriores. De esta forma Estados Unidos ha venido ganando un importante retraso en todo tipo de investigaciones y misiones espaciales y es cierto, como dice Armstrong, que Obama está mal asesorado, ya que ignora el importante papel militar que tiene el programa espacial chino que, dicho sea de paso, ya probó exitosamente la destrucción de satélites con rayos lásers, sus programas espaciales son secretos como en la época de la Unión Soviética y sus intenciones de dominar el clima, entre otras cosas, son muy preocupantes.
Por otra parte, la dependencia de Estados Unidos, que deberá pagar a Rusia para poder llevar sus astronautas a la Estación Espacial Internacional se ve acrecentada por la imposibilidad de salir de órbita baja terrestre, de realizar servicios de mantenimiento como los realizados al Hubble en repetidas veces.
En fin, haber ido a la Luna y haberla abandonado por más de 40 años responde a la intención política de Estados Unidos para vencer a los soviéticos en la Guerra Fría. En términos de exploración científica, el fin del programa Apolo demostró la falta de interés y de un proyecto a largo plazo. Ahora, la falta de interés en establecer bases primero en la Luna antes de avanzar a Marte marca la desprolijidad de prioridades de la exploración espacial tripulada actual de Estados Unidos.
Más información:
Artículo en Space.com
Fuente: Space.com
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