Las perturbaciones más grandes al medioambiente geomagnético de la Tierra ocurren cuando recibe el impacto de material solar expulsado en nuestra dirección por cambios explosivos en la atmósfera del Sol. Estas Eyeccciones de Masa Coronal (CMEs) contienen aproximadamente mil millones de toneladas de gas ionizado o plasma y puede tener un impacto dramático y dañino en todo, desde los satélites a las redes de energía.
Izquierda: Imagen del espectro visible tomada por el instrumento HI a bordo de STEREO. Se puede ver el CME expulsado del Sol el 20 de marzo de 2010 y en dirección a la Tierra. El eje X de la imagen corresponde a una distancia de 48 millones de kilómetros de izquierda a derecha. Crédito: Anthony Williams/NASA/Richard Harrison.
Ahora, un equipo de científicos han usado dos naves espaciales para estudiar estos sucesos con un detalle sin precedentes. El estudiante graduado Anthony Williams de la Universidad de Leicester presentará sus resultados en el Encuentro Nacional de Astronomía de la Sociedad Real Astronómica en Llandudno, Gales.
Williams y su equipo usaron Cámaras Heliosféricas (HI) en la nave Observatorio de Relaciones Solar-Terrestre (STEREO) para examinar la estructura interna de un CME de impacto terrestre -visto como luz solar esparcida desde acumulaciones de plasma de alta densidad- mientras viaja fuera del Sol.
El equipo comparó esto con la estructura interna medida in situ por la nave Explorador de Composición Avanzado (ACE) cuando el CME envolvió la nave e impactó la Tierra. Esto significó que los científicos por primera vez pudieron ser capaces de comparar la evolución de la estructura CME cuando se dirige hacia la Tierra y la estructura interna cuando llega.
Crédito: Anthony Williams/NASA/Richard Harrison.
El CME estudiado fue expulsado del Sol el 19 de marzo de 2010, cuando la nave STEREO A estaba en una posición para observar de perfil cuando el CME salió en dirección a la Tierra.
La estructura del CME fue examinada en las imágenes de HI cubriendo una distancia de cerca de 48 millones de kilómetros a diferentes distancias entre el Sol y la Tierra. El análisis de estas imágenes indicó que su velocidad fue cercana a los 350 kilómetros por segundo, lo cual permitió predecir el impacto sobre la Tierra a unos 3 días después de la expulsión inicial.
Los resultados indican que la estructura de CME evoluciona considerablemente en su viaje, y que la estructura interna puede ser difícil de predecir a partir de las imágenes. Y que hay otra faceta clave a este trabajo: obtener imágenes de CMEs con naves como STEREO es un medio extremadamente efectivo para predecir su impacto sobre la Tierra y la perturbación a gran escala en la que algunas veces puede resultar.
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Artículo en Astronomy.com
Fuente: Astronomy.com
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Izquierda: Imagen del espectro visible tomada por el instrumento HI a bordo de STEREO. Se puede ver el CME expulsado del Sol el 20 de marzo de 2010 y en dirección a la Tierra. El eje X de la imagen corresponde a una distancia de 48 millones de kilómetros de izquierda a derecha. Crédito: Anthony Williams/NASA/Richard Harrison.
Ahora, un equipo de científicos han usado dos naves espaciales para estudiar estos sucesos con un detalle sin precedentes. El estudiante graduado Anthony Williams de la Universidad de Leicester presentará sus resultados en el Encuentro Nacional de Astronomía de la Sociedad Real Astronómica en Llandudno, Gales.
Williams y su equipo usaron Cámaras Heliosféricas (HI) en la nave Observatorio de Relaciones Solar-Terrestre (STEREO) para examinar la estructura interna de un CME de impacto terrestre -visto como luz solar esparcida desde acumulaciones de plasma de alta densidad- mientras viaja fuera del Sol.
El equipo comparó esto con la estructura interna medida in situ por la nave Explorador de Composición Avanzado (ACE) cuando el CME envolvió la nave e impactó la Tierra. Esto significó que los científicos por primera vez pudieron ser capaces de comparar la evolución de la estructura CME cuando se dirige hacia la Tierra y la estructura interna cuando llega.
El CME estudiado fue expulsado del Sol el 19 de marzo de 2010, cuando la nave STEREO A estaba en una posición para observar de perfil cuando el CME salió en dirección a la Tierra.
La estructura del CME fue examinada en las imágenes de HI cubriendo una distancia de cerca de 48 millones de kilómetros a diferentes distancias entre el Sol y la Tierra. El análisis de estas imágenes indicó que su velocidad fue cercana a los 350 kilómetros por segundo, lo cual permitió predecir el impacto sobre la Tierra a unos 3 días después de la expulsión inicial.
Los resultados indican que la estructura de CME evoluciona considerablemente en su viaje, y que la estructura interna puede ser difícil de predecir a partir de las imágenes. Y que hay otra faceta clave a este trabajo: obtener imágenes de CMEs con naves como STEREO es un medio extremadamente efectivo para predecir su impacto sobre la Tierra y la perturbación a gran escala en la que algunas veces puede resultar.
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